La preparación previa de los techos para su posterior pintado es una parte fundamental para garantizar un resultado final óptimo.
Un techo que vaya a ser pintado debe de estar totalmente liso y limpio para poder trabajar en él.
Una simple ojeada, antes de nada, nos indicará el estado del techo y si este está listo para proceder a pintar sin más o si, por el contrario, es necesario que realicemos previamente un trabajo para restaurar desperfectos que el techo pueda presentar.
Si el techo está muy deteriorado lo mejor será proceder a decapar toda la pintura que se desprenda fácilmente. Esta tarea podremos realizarla con decapante, si queremos que se desprenda la totalidad de la pintura vieja, o podemos ayudarnos de una Espátula de Albañil si no es necesario quitar más que zonas de la pintura antigua pero no la totalidad de esta. Con la ayuda de la espátula la pintura despegada saldrá con mucha facilidad.
Si el techo en el que vamos a trabajar está pintado con temple, es aconsejable lavarlo antes de proceder a pintar o reparar las grietas y desconchones.
Si el techo presenta muchas irregularidades, o si está pintado con gota fina, será necesario lijarlo bien. Para ello nos podremos ayudar de una lijadora eléctrica, tipo jirafa, o también de una Lijadora Manual Telescópica Circular, una herramienta muy práctica, cómoda y fácil de manejar con la que se puede llegar perfectamente al techo, para trabajarlo sin necesidad de escaleras o similares, además de ser una herramienta mucho más económica.
Una vez que hayamos terminado la tarea de lijado, y nos aseguremos que todo el techo está liso y suave de manera uniforme, procederemos a limpiar, con la ayuda de un cepillo, una brocha gorda o similares, cualquier resto de polvo que pueda quedar. Prestaremos una atención especial en los rincones, pues es ahí donde más se suele acumular el polvo.
Una vez libre de polvo, lo más aconsejable es limpiar bien toda la superficie, ayudándonos de una esponja y agua con detergente no jabonoso (para evitar la acumulación de espuma), insistiendo, sobre todo, en las zonas donde aparezcan manchas de humedad o de grasa. Si se dan estas manchas de grasa, y son muy acentuadas, podremos pasar ese zona con amoniaco para asegurarnos de que la grasa se elimine. Aunque una solución aun más efectiva sería la de pintar la zona manchada con alguna pintura antimanchas adecuada. Las pinturas antimanchas se dan en paredes o techos que tengan manchas difíciles de eliminar (como las manchas de humedad, manchas de humo o manchas de tabaco) y que, si se intentan pintar con pinturas normales, siguen apareciendo una y otra vez.
Si en el techo quedasen grietas o desconchones, será preciso tapar estos adecuadamente, ayudándonos con una espátula y rellenándolos con Masilla de Alisado. Si las imperfecciones del techo no son muchas, también se pueden reparar con alguna masilla al uso. Las masillas al uso ya vienen listas, como su nombre indica, para abrir y utilizar, lo que hace que se ahorre tiempo con su utilización.
Para grietas y desperfectos normales, la masilla más recomendable sería la Masilla de interior, con la que se conseguirá, con muy poco esfuerzo, un acabado muy fino. También puede suceder que las grietas del techo sean las típicas grietas rebeldes que se vuelven a abrir aunque se las tape con masilla. Para esta eventualidad, nuestra recomendación es utilizar la Masilla reforzada con fibra de vidrio. Las propiedades elásticas de esta fibra harán que la grieta no vuelva a abrirse. Eso sí, será preciso no descuidarse con el lijado de esta masilla, pues es una masilla de secado rápido y ofrece mayor dureza de lijado que las masillas normales.
Una vez que ésta haya secado totalmente procederemos a lijar nuevamente sobre esas grietas o desconchones con la Lijadora Manual Telescópica hasta asegurarnos de que la superficie está bien lisa e igualada.
Una vez que nos aseguremos de que el techo está completamente liso y limpio podremos proceder a la tarea de pintar.
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